CONVERSACIONES CON EL SEÑOR MOJON

Hace ya unos meses que no escribía nada, tampoco tenía nada que decir.
Pero anoche, a eso de las 20.30, llego el pequeño desastre mensual.
Y este mes ha sido… el bajante del wáter embozado, apasionante.
Pasadas dos horas quitando agua y lo que no era agua del suelo , no sé por qué, me di cuenta después de tres meses que ya tenía cuarenta años.
Mirando la mierda del vecino de quinto, el titanic de las deposiciones, por cierto creo que abusa de la fibra, paso por mi mente el hecho del que el tiempo huye de nosotros.
Pare un par de segundos, esperando que el mojón flotante, como una zarza ardiente cualquiera, me diera la solución al dilema de la edad.
¿Tengo un hijo, me compro una moto, me quito la perilla, pádel o tenis?
Pero solo se balanceaba, como una hoja mecida por el viento, entre los muebles.
Su indiferencia me hizo sentirme más cerca de ella. Recordé eso de “Me gustas cuando callas…”
Como esta controversia es de difícil pacificación, mejor dedicarse a otros menesteres
Todavía no ha llegado la cuba para desatascar el tema, pero me siento mejor al ver que mi piso es la Venecia de Villajoyosa.

1 comentario:

Txema dijo...

Macho!! lo tuyo es de juzgado de guardia... encima reincidente... Vaya mierda!!! Un cuarentón no está para estos menesteres... cómprate una Harley y sal a rodar con el vecino!!!